Cuantas vivencias y experiencias tenemos en el día, en lo cotidiano, en nuestras rutinas diarias; cuantas cosas nos pasan que nos hacen sentir distintas emociones: alegrías, risas, disgustos, sobresaltos, inquietudes, miedos, broncas, tristeza, insatisfacción, apego, rabia, gozo, tranquilidad y así muchas más.
Se puede aprender a identificar cuando empieza a tomar intensidad la emoción y en ese momento podríamos controlarla y modificarla, cambiar una emoción que sabemos que cuando su intensidad es mayor nos puede perjudicar hasta llegar a afectarnos en nuestro cuerpo físico. Desde un dolor de cabeza a situaciones mayores. Podemos en ese mismo momento evitarlos ya que muchas veces nos terminamos arrepintiendo de lo sucedido.